La parábola de la higuera
La parábola de la higuera estéril, se encuentra en el Evangelio de Lucas, es una de las ocho parábolas que terminan bruscamente. En esa parábola, Jesús dejaba al oyente sacar su propia conclusión. Implica que la pertenencia al pueblo de Dios no significa una protección frente al juicio final. El árbol simboliza al pecador que no dio frutos de conversión. En el Evangelio de hoy, Dios nos hace reflexionar sobre este regalo que él nos ha hecho, que es la vida y la vida evangélica.
La indicación de la Iglesia es que debemos confesarnos para alivianar nuestra alma. Cuando hagamos la concesión sacaremos esa Mancha de nuestro corazón y debemos confesarnos, porque nadie sabe cuando vamos a dejar el mundo terrenal. El día del juicio final tendremos que rendirle cuentas a Dios de nuestras acciones. El padre nos dice en su homilía que le pidamos al señor que nos enseñe el AMOR, el DESINTERÉS, el pensar siempre en el bien del otro, especialmente el más pobre, el más vulnerable.
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